Bronceado artificial

El bronceado artificial puede producir graves riegos para la salud, produciendo un envejecimiento de la piel prematura y aumentando el riesgo de cáncer de piel, ya sea utilizando aparatos de bronceado artificial, como las lámparas y las camas de bronceado, tanto de uso doméstico como en centros de bronceado, o cremas y/o aceites autobronceadores sin protección.

Aparatos de bronceado artificial

¿Qué tipo de radiación emiten?

El principal tipo de radiación ultravioleta al que nos exponemos cuando tomamos sesiones con aparatos de bronceado artificial se conoce como rayos UVA, el mismo tipo de radiación que emite el sol y, por tanto, no dejan de ser peligrosas para la piel si no se toman ciertas precauciones al exponerse a ellas. Además, muchos de estos aparatos emiten rayos UVA con irradiación mucho más alta que la del sol, por ello, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda no utilizar las cabinas de bronceado con fines estéticos por los daños producidos en la piel, sin embargo, según sus datos, el 10% de la población en Europa los utiliza.

Además, cuando las lámparas de UVA se van desgastando, la luz que emiten cambia a rayos UVB, la radiación más peligrosa y potencialmente nociva porque son radiaciones que penetran muy poco en la piel quedándose en la capa superficial, por ello tienen una alta capacidad de producir cáncer de piel.

Bronceado artificial y cáncer

Fuente: Freepik.

¿Qué tipo de aparatos se utilizan para el bronceado artificial?

En la industria del bronceado se emplean sobre todo dos tipos de lámparas de rayos UVA:

  • Lámparas fluorescentes de baja presión, cuya emisión de radiación excede de dos a cinco veces la intensidad de la radiación ultravioleta natural.
  • Lámparas de alta presión, que suelen ser más pequeñas, empleadas sobre todo para bronceado facial y con una emisión de radiación UV entre 20 y 100 veces superior a la del sol. Estas lámparas exigen un mantenimiento estricto ya que con el uso se alteran sus componentes, lo que puede originar peligro para el usuario al liberar radiación UVB y UVC, altamente perjudicial para la piel.

Consecuencias para la salud del uso de aparatos de bronceado artificial

La exposición a la radiación ultravioleta produce diversos efectos perjudiciales en nuestro organismo, de hecho, la OMS lo ha clasificado como unas de las causas de cáncer y por ello, en algunos países están prohibidos.

Entre los efectos que produce se encuentran:

  • En la piel se asocia con una gran variedad de trastornos y daños permanentes como envejecimiento acelerado (apariencia coriácea, arrugada, pérdida de elasticidad y aparición de manchas), quemaduras solares (enrojecimiento, edema y mayor riesgo de melanoma), reacciones fototóxicas y fotoalérgicas, otros trastornos de la piel como erupciones, y aumenta el riesgo de cáncer de piel.
  • En los ojos se asocia con daño en los párpados, córnea y cristalino pudiendo aumentar el riesgo de cataratas, inflamación del ojo (fotoqueratitis, fotoconjuntivitis, y ceguera por quemadura solar de la córnea), intolerancia a la luz (fotofobia) y fototoxicidad retiniana.
  • En el sistema inmune se ha demostrado que afecta disminuyendo su actividad, tanto a la inmunidad de la piel como a la del resto de órganos, favoreciendo las infecciones.
  • En el cerebro, se ha demostrado que produce adicción. Parece que las personas que se broncean frecuentemente con aparatos de bronceado artificial desarrollan síntomas de abstinencia y tienen dificultades para controlar su uso, lo que conlleva a un uso compulsivo.
  • Y en todo el cuerpo produce deshidratación.

¿Qué población tiene mayor riesgo de tener un daño en la piel cuando se utilizan aparatos de bronceado artificial?

Toda la población que utiliza aparatos de bronceado artificial tiene un mayor riesgo de daño en la piel y en otros órganos, sin embargo, ciertas personas corren un mayor riesgo:.

  • Personas con fototipo de piel I o II (Si no conoces tu fototipo, consulta nuestra web).
  • Personas con pieles sensibles.
  • Niños y jóvenes (menores de 18 años).
  • Personas con un gran número de nevus (lunares).
  • Personas que tienden a tener pecas.
  • Personas con una historia de quemaduras solares frecuentes en la infancia.
  • Personas con lesiones pre-malignas o malignas en la piel.
  • Personas con la piel dañada por el sol.
  • Todas aquellas que lleven cosméticos en la piel.
  • Todas aquellas que tomen medicamentos. En este caso habrá que consultar con un médico para determinar si los medicamentos que se toman pueden aumentar la sensibilidad a los rayos ultravioleta.
  • Personas con un sistema inmune debilitado.
  • Personas con antecedentes familiares de cáncer de piel.
  • Personas que han tenido exposición al sol o han utilizado aparatos de bronceado artificial en las últimas 48 horas.

Y ¿si debo utilizar aparatos de bronceado artificial debido a un tratamiento médico?

Algunas enfermedades son susceptibles de ser tratadas mediante radiación ultravioleta, es por ello por lo que existen aparatos de bronceado artificial que se comercializan para el tratamiento médico.

Es el caso de enfermedades como la psoriasis, vitíligo, acné e incluso trastornos del ánimo. No obstante, en esos casos, es un médico quien ha de prescribir y supervisar el uso de estos aparatos.

Ten en cuenta que utilizar aparatos de bronceado artificial:

  • No sirve de protección frente a la radiación del sol aumentando el riesgo de cáncer de piel.
  • No debe ser utilizado por menores de 18 años ni por personas con mayor riesgo de daño en la piel.
  • No debe ser utilizado por mujeres embarazadas.
  • Cada tipo de piel sólo se puede exponer a este tipo de radiación un número limitado de sesiones al año.
  • Sólo tiene efectos beneficiosos en determinadas enfermedades y siempre bajo prescripción y control médico.
  • Debe ser realizado por personal específicamente cualificado y los aparatos de rayos UVA deben haber pasado la inspección anual (debe haber una etiqueta visible con la fecha de la próxima inspección).

Productos bronceadores

Los productos bronceadores proporcionan un bronceado de la piel en un tiempo mucho más corto que la exposición al sol. Entre estos productos encontramos una gran variedad, como cremas, toallitas, geles, aerosoles, lociones y aceites.

Dichos productos aparecieron en el mercado porque, aunque cada vez somos más conscientes de que la exposición prolongada al sol tiene riesgos perjudiciales para la salud, aún permanece la idea de que tener una piel bronceada es más bonita, atractiva y saludable, nada más lejos de la realidad pues una piel bronceada es aquella que ha sufrido un daño y por tanto no es saludable.

¿Qué tipo de productos bronceadores se pueden encontrar?

En general, en el mercado se pueden encontrar dos tipos de productos bronceadores, los que son aceleradores del bronceado y los productos autobronceadores.

Ambos productos potencian la síntesis de melanina, pero la diferencia es que los autobronceadores no necesitan de la exposición a la radiación solar para conseguirlo.

¿Cómo lo hacen? A través de una molécula llamada dihidroxiacetona (DHA) la cual, cuando entra en contacto con nuestras células de la piel produce una reacción química que tiñe las células muertas de la capa externa, destinadas a ser eliminadas en dos o tres días por el proceso natural de descamación, otorgando un color bronce-pardo-marrón. Es decir, “simula” el bronceado que ocurre cuando hay exposición al sol.

Si bien es cierto que cuando estos productos aparecieron no tuvieron una gran acogida por producir colores anaranjados y con olor desagradable, han evolucionado hasta tal punto que algunos tienen incluso antioxidantes que retrasan el envejecimiento de la piel, agentes hidratantes e incluso filtros solares.

¿Los productos bronceadores son perjudiciales?

Son productos que pueden ser una alternativa para no exponernos a las radiaciones ultravioletas y conseguir un tono de color más bronceado, pero no cumplen con la función de un protector solar si no llevan los compuestos necesarios y el SPF determinado.

Por lo tanto, son perjudiciales para la salud y para la piel si no cuentan con el factor de protección al sol, pues, aunque estemos bronceados, la melanina no se ha generado de forma natural, es decir, no se considera un bronceado real, y no estamos protegidos frente a las radiaciones ultravioletas.

Igualmente, hay que considerar que, como cualquier producto cosmético, tiene ingredientes que pueden provocar reacciones adversas en personas más sensibles y provocar fototoxicidad aumentando el riesgo de quemaduras y otras afecciones en la piel.

¿Qué debo hacer para reducir el riesgo de daños en mi piel?

Antes del bronceado

  • Conoce tu fototipo de piel y respeta los tiempos de exposición recomendados.
  • Elimina los cosméticos de la piel, sobre todo perfumes y maquillaje.
  • Utiliza aceleradores del bronceado/autobronceadores con factor de protección solar acorde con tu fototipo de piel.
  • No lleves joyas, objetos metálicos o lentillas.
  • No te expongas a radiación ultravioleta si estás tomando medicamentos que aumenten la sensibilidad de la piel a este tipo de radiación. En este caso te recomendamos consultar con tu médico para determinar si los medicamentos que tomas pueden aumentar la sensibilidad a los rayos ultravioleta.

Durante el bronceado

  • Utiliza siempre gafas o protectores oculares que cubran también los laterales.
  • No expongas la zona genital a la radiación UV.
  • Sigue las recomendaciones relativas a la duración, intensidad de exposición y distancia de la lámpara y/o de los productos bronceadores.

Después del bronceado

  • Hidrata la piel, tanto con cremas/lociones/geles como bebiendo suficientes líquidos.
  • No te expongas al sol ni a otro tipo de aparato de bronceado el mismo día.
  • Deja un mínimo de 48 horas entre las sesiones de bronceado.
  • Si aparecen en la piel ampollas, heridas o enrojecimiento, consulta a tu dermatólogo.

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