Este año está resultando ser diferente para todos debido a las especiales circunstancias sanitarias propiciadas por la Covid-19.

Desde la Junta Local AECC de La Bañeza se decidió suspender desde el decreto del estado de alarma la tradicional Marcha Popular de la Esperanza, que anualmente se celebra en dicha localidad por el mes de junio, pero no por ello se cesó en el empeño de tener presente de alguna manera el citado evento.

Los miembros de la Junta y a su cabeza la presidenta Mari Trini del Canto comenzaron a idear propuestas para hacer llegar a todo aquel que lo quisiera insistiendo en que, aunque físicamente no se podía celebrar, sin embargo, se quería dejar nuestra huella ante los enfermos de cáncer y sus familiares de que no nos olvidamos de ellos y más por las necesidades que este colectivo está demandando dada la situación de pandemia vivida.
Nos pusimos manos a la obra y allá por el mes de abril se fraguó la idea de organizar una Marcha popular-virtual de la Esperanza bajo el lema “Ayudarte es nuestra meta, seguimos en marcha por ti”, no sin cierto miedo porque no resultase como pretendíamos. Los datos económicos hablan por sí mismos, 19.090 euros que han salido de la generosidad de todas aquellas personas y a la cabeza la Fundación Conrado Blanco, que, aunque no pudieron adquirir la camiseta al uso, sin embargo, querían dar su donación para colaborar por la causa.

Desde las redes sociales, especialmente desde el Facebook de la Junta Local AECC La Bañeza quince días antes, se lanzó un vídeo promocionando el evento y animando a todo a aquel que lo quisiera a que el día 21 de junio, día que en origen estaba previsto haber realizado la Marcha por las calles de la localidad, se uniera a la causa toda aquella persona que le apeteciese y desde donde se encontrase bien vistiendo algo verde, bien engalanando sus balcones, etc. La respuesta fue masiva e inesperada dado el aluvión de imágenes que fueron enviadas y subidas al Facebook recordando momentos de Marchas anteriores o la gente compartiendo la decoración de su patio, de su fachada, de su balcón, o lo que le apeteciese siempre teniendo presente el color verde esperanza.

Después de todas estas muestras de afecto y cariño, queremos agradecer a toda la ciudadanía la sensibilidad e implicación en el acto, puesto que estamos muy agradecidos y al mismo tiempo orgullosos por lo que se puede hacer año tras año en favor del enfermo de cáncer y sus familias.

Nuestro homenaje a todos los sanitarios leoneses que fueron nuestros padrinos virtuales.

¡Ojalá que el año que viene podamos teñir las calles de verde esperanza!