Hace 6 años

A ver... hacía días que no entraba por cuestiones personales. Y he entrado y me he ido corriendo a ver que tal estaba pahurtado... y entonces he visto que han pasado muchas cosas y entones me he quedado un poco sin ganas de contar las cosas cotidianas de mi familia... pero luego he pensado que luego, un día, quizá dentro de una semana o dos, alguien llegue aquí como yo llegué en julio y tropiece con mi hilo y mi testimonio... le sirva. Y he vuelto a abrir la página y aquí estoy, escribiendo, para reducir la incertidumbre que quizá algún día alguna hija y su madre sientan igual que la hemos sentido mi madre y yo. Estas palabras se las dedico a todos los que no han empezado, a todos los que no saben que van a empezar para hacerles el camino más fácil:
-Mi madre siempre dijo que le tenía más miedo al tratamiento que a la operación pero cada paso que damos derribamos una decena de ideas preconcebidas. La primera esa, que quimio es sinónimo de vómitos, piel sensible y uñas quebradizas. Dos sesiones y parece que en lugar de quitarle energía se la da. A veces dice que le duele la cabeza, pero vamos, que tampoco podemos aseguraros que no le doliera si no estuviera recibiendo el tratamiento así que lo único que estamos seguro que es consecuencia de la hora y media que pasa en el hospital con el medicamento en vena es el olor a medicina que la persigue dos o tres días después.
-El pelo y la peluca, el otro tópico que nos ha pillado desprovistas. Puede que mucha gente sepa de que va eso pero nosotras no. Nos decían "en tal sitio os darán una peluca igualita a tu pelo" o "son muy caras, hasta mil euros" y nosotras pensamos pues será que las hacen a medida o.... yo que se... pues no.
Yo empecé buscando pelucas como loca en internet, un trabajo innecesario porque luego en oncología todo el mundo te recomienda su peluquera de cabecera. Recomendaciones en mano visitamos a un par de ellas y descubrimos que te las venden por catálogo y desde 200 euros ya puedes comprar una... 400, 600... lo que quieras. Compramos una y nos dijeron que en una semana estaba... pero cuadno el pelo se empezó a caer...la peluca no había llegado... discusión por medio mi madre terminó rapándose la cabeza en otro establecimiento y volviendo a casa con un gorro de lana. Y ahí estamos.
Yo se que lo importante es su salud pero no sé... quería contar estas cosas cotidianas porque yo las he tenido que ir descubriendo sobre la marcha y bueno, pues por si alguien las lee.
Mary, te escribiré hoy o mañana. Ahora no tengo tiempo de mucho más pero no quiero irme sin dejar un abrazo para todos los que me leáis.