Hace 6 años

AQUEL DÍA SALIÓ DE CASA.....
Aquel día salió de casa como lo venía haciendo los últimos años; cogió su bolso; su abrigo, las llaves, el dinero... y recordó que se había dejado encendida la luz del cuarto. Volvió y la apagó.
Aquel día, bajó en ascensor como siempre hasta el garaje y salió en coche en dirección al hospital.
Aquel día no iba a ser como todos para su desgracia. Mientras conducía miraba las calles que dejaba a su paso, los carteles, la gente...¿hasta cuando se le permitiría verlo?¿hasta cuando podría dormir en su cama?¿hasta cuando...? esa era la pregunta que se hacía desde hacía unos meses, desde que le dijeron que estaba enferma.
Entró en la consulta, se saludaron y en su mirada atisbó una señal de que las cosas no iban bien. Eso le dijeron. Sintió un sudor frio por el cuerpo, el pánico se adueñó de ella por unos instantes y una lágrima brotó de sus ojos. No pudo contenerla.
Ya sabía lo que se sentía cuando te dicen que no hay futuro para tí en este mundo, ya sabía lo que se sentía cuando no sabes la fecha de la despedida, pero só que hay una.
¿Cómo se lo iba a decir a los suyos?.No, era imposible, esas cosas no se pueden decir.
¿Cómo decirles que la lucha había acabado para ella?
Eran tantas las preguntas que se hacía mientras se alejaba de la consulta que no se daba cuenta de que iba llorando: por primera vez en meses estaba llorando, llorando por ella; por ellos, porque no los vería crecer; porque no los vería hacerse mayores; porque se perdería todo de sus vidas y ellos la perderían a ella.
Mientras iba de camino a casa se imaginaba el mundo en unos años; quería creer que la seguirían echando de menos; que seguirían hablando de ella y que en las fechas importantes notarían su ausencia.
Estoy segura que jamás pensaría ella que se la podría llegar a querer tanto amar tanto y añorar tantísimo.
Estoy segura que ni en su noche de desvelo más triste, pensó jamás que su pérdida nos iba a doler tanto.
Estoy segura de ello.
Mientras iba de camino a casa decidió callar, y despedirse en silencio de los suyos día a día, minuto a minuto y segundo a segundo.
Mientras iba a casa pensó que prefería morirse en ese instante que vivir una lenta agonía.
Mientras iba a casa empezó a llover, era señal de que el invierno llegaba; pronto oscurecería y los días se acortarían como su vida lo hacía poco a poco; suspiro a suspiro...
Sabía que cada día le iba a costar más levantarse, respirar, andar.. e incluso abrir los ojos.
Al llegar a casa cerró la puerta tras de sí, dejo caer el abrigo y se tumbó en la cama boca abajo......y lloró, lloró hasta no poder más; preguntándose una y otra vez ¿Por que a mi Dios mio?
Por la noche les hizo la cena a los 3 amores de su vida (la niña iba a nacer en pocas semanas... la niña...esa que le pegaba patadas sin cesar para recordarle que ella era el motivo más fuerte por el que debía seguir luchando). Uno a uno fueron yéndose a la cama sin rechistar como era habitual. Eran buenos hijos, y no le daban problemas.
Cuando estuvo sola se abrió la bata y vió la cicatriz que partía su pecho en 2, era tan grande... que asustaba si no estabas acostumbrado a verla.
Esa noche no podía dormir, iba y venía por toda la casa sin rumbo.
Cuando pasaba por sus cuartos, entreabría la puerta y los observaba; y para ella misma en voz muy baja, les susurraba todo aquello que no se atrevía a decirles de día.
Tenía miedo, pánico... de cómo serían sus vidas sin ella; cómo se sentirían. Cómo afrontarían el día a día sin su madre.
Por mucho que lo pensó cada noche, nunca llegó a imaginarse cómo esos niños, hoy ya adultos, afrontaron cada día, cada año, cada cumpleaños, cada navidad..TODA UNA VIDA...sin su madre.(Octubre 2006)