Hace 5 años

Hola a todos, he tardado mucho en decidir compartir esto con las personas externas a mi familia o mi círculo de amigos más cercano; supongo que en pos de mi propio resguardo. En este caso no soy paciente, sino familiar que creo que es una parte muy perjudicada y silenciosa, lo que en mi profesión se llama el "cuidador quemado"... he entendido esa expresión no sabéis de que manera después de 15 años trabajando mencionándola. 

Mi marido, Carlos, a quien cariñosamente todos llamamos Tito por eso de que para su hermana siempre fue "caltitos" es el paciente. La historia se remonta a Mayo del 2017, cuando unas molestias abdominales y un cansancio inespecífico que no cesaban le lleva hacia la sala de espera de analíticas;  cuando el médico nos hablo de una leucocitosis y de un estudio hematológico temimos la terrible noticia. Un 12 de Mayo llegaba... al mismo tiempo que un buen amigo fallecía nos enterabamos que mi marido estaba enfermo y debía quedarse ingresado de inmediato. El mundo cayó sobre nosotros con todo su peso, mi hija de 6 años lloraba y lloraba y yo nunca sacaré de mi cabeza aquel amargo llanto lleno de súplicas que se fundía con mis lágrimas de pavor . Fue un camino arduo hacia un transplante que no llegaba y que cuando llegó nos enseño su cara más espinosa cuando nos visito EICH o el temido rechazo... la lucha volvía a comenzar y los médicos mostraban pocas esperanzas... la cosa se ponía muy fea y una gran infección casi acaba con todo el camino recorrido. Finalmente mi ángel de la guarda, mi sobrina, resulta ser compatible y poder bajo el OK de los hematólogos donar las células a su tío al haber llegado a una edad en que se podía dar el alto. Gracias a ella todo fue aminorándose, las cosas empezaban a funcionar en un camino lleno de altos y bajos; a día de hoy no podemos decir que estamos tranquilos al 100% pero si al 70%. En conclusión, yo caí en una gran depresión que me ató de pies y manos en muchas ocasiones pero al final caes en la cuenta que el cáncer no es sinónimo de muerte, y sobre todo que no llega a tu vida en forma absolutamente negativa sino que a veces como en nuestro caso llega para decirte ¡Ey! ¡Valora lo que tienes en casa, no os descuideis y uniros en todo! 10 meses después del comienzo de nuestra vida solo puedo dejaros un mensaje: dar un beso antes de salir a trabajar, disfrutar de vuestros hijos, olvidaos del cáncer y vivir en la medida de lo posible aunque sea distinto.  

Millones de gracias a la AECC y especialmente a ASCOL, Salamanca por acompañarnos en todo el camino y seguir a nuestro lado. CLARO QUE SE PUEDE!!

Hasta aquí mi primer testimonio, con la abreviada historia de mi nueva vida con el mayor orgullo al hablar de las personitas que más quiero, mi calvito sexy y mi más feroz guerrero y la luz de nuestros ojos, nuestra guía y nuestrpo faro en esta historia que seguro tendrá un final feliz!!

Hace 5 años

estoy interesado en recaidas al  PSA despues de radioteràpia externa y braquiterapia..