Hace 10 años

Estimados amigos,
Ha pasado bastante desde que no he actualizado este blog. Mis disculpas. Prometí seguir contribuyendo con algún testimonio para seguir colaborando con la AECC y de paso poder transmitir ideas y conceptos médicos oncológicos a ustedes, que espero sean bien recibidos.
Les recuerdo brevemente. Decidí salir de España en 2010 para ampliar mi formación como especialista, dentro de mi campo de la oncología médica, y más concretamente en cáncer ginecológico y en investigación clínica y básica aplicada (conocida como investigación traslacional). Tuve la suerte de recaer en el prestigioso Princess Margaret Cancer Center, en Toronto (Canada), donde trabajé con el Dr. Amit Oza en el área de los tumores ginecológicos, y con la Dra. Lillian Siu, en el área de desarrollo de nuevos fármacos antitumorales ("drug development", como se conoce en inglés).
He de decirles que fue una experiencia formidable, tanto en el aspecto profesional como personal. Profesionalmente, creo que esta experiencia internacional me permitió ampliar mis conocimientos médicos de forma sustancial. Por otro lado, un beneficio fundamental de salir fuera de tu país es que le permite a uno ampliar la perspectiva, aprender las bondades de otro modelo sanitario (bastante bueno el canadiense, por cierto), indagar en métodos eficaces y eficientes de apoyo a la ciencia y a la investigación, y conocer que la cultura sanitaria de la población general es algo fundamental para el buen funcionamiento de la sociedad.
Como casi siempre ocurre tras un "exilio programado", llega el momento del regreso, y de las negociaciones. He de confesarles que es un momento duro. Lo más complicado es comprobar, de nuevo, la mediocridad y la poca seriedad, en general, de como se hacen las cosas en España, lamentablemente. Esto es especialmente difícil porque uno se acaba acostumbrando a ver cómo las cosas se pueden hacer bien, y sin demasiado esfuerzo.
Con pocas excepciones, las posibilidades de regreso de un medico especialista bien formado al sistema sanitario publico son escasas. Este hecho me parece especialmente grave. Y no por tanto por el propio medico, que también; sino por el sistema sanitario y por los pacientes, que pierden la oportunidad de contar con un profesional bien formado, cuyas capacidades bien podrían ser puestas al servicio de todos, tanto desde el punto de vista asistencial como de gestión y liderazgo. El otro escenario es el del profesional que si regresa. Bien, dirán ustedes. Sin embargo, la realidad es que, en la mayoría de los casos, este profesional es visto como un oportunista, el que “viene de fuera”. Habrán oído ustedes muchas veces la expresiones despectivas como “¿que se habrá creído ese?, como viene de fuera ¿se ha creído que sabe mas?. O, por parte de las gerencias, “no mira, es que aquí hay gente que lleva muchos años, y claro, hay que esperar, etc, etc”. Este otro escenario me parece casi peor que el anterior porque refleja la estrechez de miras de nuestra población, la ausencia de cultura del esfuerzo y del mérito.
Ante esta situación, queda la iniciativa privada, tan denostada demagogicamente por muchos ultimamente. Sin embargo, yo soy de los que piensa que menos mal que existe, de lo contrario, muchos profesionales, medicos y de cualquier otro ámbito, no tendrían muchas opciones.
Y ahora, alguno de ustedes se preguntaran: y usted, Dr. Padilla, ¿qué hizo? Les cuento. Como habran podido ver en mi biografia actualizada, ejercí en el sistema publico madrileño unos cuantos años hasta que decidí “cambiar de tercio”, y continuar ejerciendo en la medicina privada. Cuando me fui a Toronto estaba disfrutando, repito, disfrutando, de un contrato indefinido en mi institución. Lamentablemente, muchos de mis colegas siguen teniendo que humillarse profesionalmente con contratos eventuales, interinos, parciales, temporales etc, sin ningún tipo además de estímulo ni de carrera profesional real. Pues bien, a mi regreso a España, no sólo tuve la suerte de mantener mi contrato intacto sino que se reconoció el esfuerzo.
Espero sinceramente que ahora que oímos que los recortes siguen afectando a la ciencia y a la investigación, nuestro país se de cuenta de una vez por todas de que la inversión en I+D no sólo es clave para el progreso sino que además puede dar rédito económico a largo plazo en innovación. Deseo sinceramente que mis compañeros científicos y otros colegas médicos tengan la oportunidad de regreso a España, si quieren, en condiciones dignas y con el reconocimiento que merecen.
Creo que lo dejaré aquí por ahora, no quiero aburrirles mas ni meterme en terrenos muy pantanosos (salvo que me lo pidan, claro).
- Próximo capítulo: Investigación Clínica en Medicina y en Oncología. Intentaré explicarles conceptos claves que deben saber y que pueden influenciar su toma de decisiones.
Un cordial saludo
Dr. Ivan Diaz Padilla
Hace 10 años

Dr. Padilla, le agradezco mucho su comunicación anterior. En la actualidad soy voluntaria de la AECC, estoy con los enfermos oncológicos, además he padecido un cáncer de mama hace siete años, he pasado por quimio, radio..., me interesa todo lo relativo a esta enfermedad, porque el año pasado mi hija tuvo también cáncer de mama y en el estudio genético se ha visto que ha heredado el gen mutado.

Creo que es necesario la formación de oncólogos e investigadores en la materia, dado la importancia y proliferación de nuevos casos de cáncer. Estamos en sus manos, en las cuales confiamos plenamente. A mí, me salvó la vida el Dr. Codes.

Le agradezco enormemente su interés y espero con ansiedad su anunciado próximo capítulo.

Hace 10 años

D. Padilla gracias por aportar y compartir con todos/as sus conocimientos

Todos (familiares, pacientes, profesional sanitario, investigadores voluntarias AECC, etc.). Todos juntos, unidos formamos un equipo, cada uno aportamos nuestro granito.

AECC. es un pilar muy importante tanto en el apoyo a la investigación,

como en otros campos.etc.

Me alegro de leer sus comentarios de nuevo.

En la actualidad soy voluntaria aecc

un saludo cordial desde Sevilla