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26/08/2017 - 13:11
Pablo José Gutiérrez dio el salto al mundo editorial con dos novelas de corte fantástico: El sucesor (a cargo de Círculo Rojo) y La caída del inmortal (Dauro). Ahora, seis años más tarde, deja a un lado las aventuras para traernos una historia autobiográfica titulada Del cáncer al amor: historia de un renacimiento, donde nos narra cómo era su vida antes y después de que le diagnosticaran la enfermedad.
Del cáncer al amor: historia de un renacimiento está dividido en bloques según etapas y contenido. Como si de un álbum familiar se tratase, empezamos la lectura con la infancia de Pablo, la cual estuvo marcada por una salud inestable desde su nacimiento. A continuación, nos movemos por la adolescencia, esos años tan problemáticos de incertidumbre y búsqueda continua. Y llegamos hasta la fase adulta, cuando con solo veintisiete años debe afrontar un cáncer. A estos capítulos, se sumarán más tarde las reflexiones del autor tras haber superado la enfermedad, así como testimonios de otros pacientes, experiencia con las terapias alternativas (pero nunca sustitutivas) para sobrellevar la enfermedad e información sobre las investigaciones que actualmente se están llevando a cabo.
En la novela, cobra especial importancia lo implícito o, mejor dicho, la ausencia de lo explícito. En las últimas décadas, nos hemos acostumbrado a ver imágenes truculentas en las noticias. No obstante, frente a esta morbosidad de lo evidente, surgen productos artísticos que nos demuestran que la realidad resulta igual de cruda sin necesidad de mostrar vísceras y sangre. Así, encontramos películas como En este rincón del mundo o, más reciente aún, Dunkerque. Pablo José Gutiérrez traslada esta idea a su libro deshaciéndose de la figura de protagonista para narrar su experiencia mediante un mensaje positivo que es propiedad de todos, no solo de él, y entendiendo la enfermedad como un maestro. Precisamente, este es uno de los temas en los que incide: desligarnos de nuestro drama personal, tener en cuenta a los demás y relativizar los problemas. Consigue contar su historia con cierta distancia, sin tragedias; podríamos decir que lo hace incluso con una visión objetiva para que los demás puedan encontrar una mano que coger en el pedregoso camino. Su lenguaje es claro, sin alardes ni pretensiones. Leer su relato se asemeja a tener al autor delante e intercambiar puntos de vista y opiniones.
El autor “escupe” las verdades a la cara, va directo hacia lo más hondo sin contemplaciones, de manera concisa y con una exposición soberbia. Las verdades duelen, pero también enseñan y cambian la percepción de la realidad. Del cáncer al amor: historia de un renacimiento no busca el artificio, ni los sentimentalismos falsos, ni las emociones fingidas; solo hay realidad, un cristal nítido entre nosotros y las historias que en él se cuentan. Nos propone dejar a un lado la hipocresía para que la enfermedad deje de tratarse como un tema tabú. Todos tenemos los mismos miedos, pero falta que, cuando alguien coja de la mano a otra persona y le diga “saldrás adelante”, sea sincero y lo diga conscientemente, estando en contacto humano y no como una frase pastiche de manual. Así precisamente debería ser la vida: sin prejuicios, sin apariencias y sin falsedad, abandonar todo esto para acordarnos de las personas y para vivir de la manera más sincera. La hipocresía no cura enfermedades, la franqueza con uno mismo y con los demás es lo que conecta con la vida y le da sentido. Se nos está olvidando ser humanos, nos estamos desprendiendo de nuestro bien más preciado. “La vida es una sola y hay que exprimirla”, nos hartamos de decirlo, pero ¿realmente lo hacemos? Y más importante aún, ¿a qué precio lo hacemos?
El relato se traduce en una lección de madurez y de vida a través del proceso de aceptación de la enfermedad. Hay un halo de espiritualidad en el libro que se refleja en el discurso, tranquilo y sereno. Porque las personas somos carne y huesos, sí, pero en nuestro interior hay algo más, algo que nos conecta con el resto de seres vivos, con el mundo, con el universo. Es algo que no podemos explicar, pero en el fondo sabemos y, aunque no entendamos o no queramos aceptar por qué hay muerte, en algún momento alcanzamos la respuesta a esta y todas las demás preguntas que atormentan a la humanidad desde los primeros tiempos.
En Del cáncer al amor: historia de un renacimiento, Pablo José Gutiérrez nos cuenta su experiencia sin pudor (no podía ser de otra manera): que no se hable del cáncer, que se quiera hacer oídos sordos no significa que no exista. Por desgracia, hay cientos de enfermedades en las que aún hace falta investigar. Quizá dentro de unos años o en unas décadas el cáncer deje de ser mortífero y desaparezca, ojalá. Hasta entonces, quedan los relatos como el de Pablo José Gutiérrez, una historia de lucha, de aprendizaje, de valentía y, como apunta el título, de renacimiento, produciéndose este en dos sentidos: la superación de la enfermedad y un cambio interno, un prisma diferente a través del cual mirar el mundo. Decíamos al inicio que el autor ha dejado a un lado las aventuras épicas, pero lo cierto es que no hay mayor gesta que la de los héroes que pelean con todo en la batalla por la vida. Gracias a Pablo y a todos aquellos (pacientes y profesionales) que luchan incansablemente.
*Parte de los beneficios irán destinados a la Cátedra Doctores Galera y Requena de Investigación en Células Madre Cancerígenas de la Universidad de Granada
https://www.amazon.es/Del-c%C3%A1ncer-amor-historia-renacimiento-ebook/dp/B0713RVXV8/ref=sr_1_1?s=books&ie=UTF8&qid=1503745742&sr=1-1&keywords=del+cancer+al+amor
Del cáncer al amor: historia de un renacimiento está dividido en bloques según etapas y contenido. Como si de un álbum familiar se tratase, empezamos la lectura con la infancia de Pablo, la cual estuvo marcada por una salud inestable desde su nacimiento. A continuación, nos movemos por la adolescencia, esos años tan problemáticos de incertidumbre y búsqueda continua. Y llegamos hasta la fase adulta, cuando con solo veintisiete años debe afrontar un cáncer. A estos capítulos, se sumarán más tarde las reflexiones del autor tras haber superado la enfermedad, así como testimonios de otros pacientes, experiencia con las terapias alternativas (pero nunca sustitutivas) para sobrellevar la enfermedad e información sobre las investigaciones que actualmente se están llevando a cabo.
En la novela, cobra especial importancia lo implícito o, mejor dicho, la ausencia de lo explícito. En las últimas décadas, nos hemos acostumbrado a ver imágenes truculentas en las noticias. No obstante, frente a esta morbosidad de lo evidente, surgen productos artísticos que nos demuestran que la realidad resulta igual de cruda sin necesidad de mostrar vísceras y sangre. Así, encontramos películas como En este rincón del mundo o, más reciente aún, Dunkerque. Pablo José Gutiérrez traslada esta idea a su libro deshaciéndose de la figura de protagonista para narrar su experiencia mediante un mensaje positivo que es propiedad de todos, no solo de él, y entendiendo la enfermedad como un maestro. Precisamente, este es uno de los temas en los que incide: desligarnos de nuestro drama personal, tener en cuenta a los demás y relativizar los problemas. Consigue contar su historia con cierta distancia, sin tragedias; podríamos decir que lo hace incluso con una visión objetiva para que los demás puedan encontrar una mano que coger en el pedregoso camino. Su lenguaje es claro, sin alardes ni pretensiones. Leer su relato se asemeja a tener al autor delante e intercambiar puntos de vista y opiniones.
El autor “escupe” las verdades a la cara, va directo hacia lo más hondo sin contemplaciones, de manera concisa y con una exposición soberbia. Las verdades duelen, pero también enseñan y cambian la percepción de la realidad. Del cáncer al amor: historia de un renacimiento no busca el artificio, ni los sentimentalismos falsos, ni las emociones fingidas; solo hay realidad, un cristal nítido entre nosotros y las historias que en él se cuentan. Nos propone dejar a un lado la hipocresía para que la enfermedad deje de tratarse como un tema tabú. Todos tenemos los mismos miedos, pero falta que, cuando alguien coja de la mano a otra persona y le diga “saldrás adelante”, sea sincero y lo diga conscientemente, estando en contacto humano y no como una frase pastiche de manual. Así precisamente debería ser la vida: sin prejuicios, sin apariencias y sin falsedad, abandonar todo esto para acordarnos de las personas y para vivir de la manera más sincera. La hipocresía no cura enfermedades, la franqueza con uno mismo y con los demás es lo que conecta con la vida y le da sentido. Se nos está olvidando ser humanos, nos estamos desprendiendo de nuestro bien más preciado. “La vida es una sola y hay que exprimirla”, nos hartamos de decirlo, pero ¿realmente lo hacemos? Y más importante aún, ¿a qué precio lo hacemos?
El relato se traduce en una lección de madurez y de vida a través del proceso de aceptación de la enfermedad. Hay un halo de espiritualidad en el libro que se refleja en el discurso, tranquilo y sereno. Porque las personas somos carne y huesos, sí, pero en nuestro interior hay algo más, algo que nos conecta con el resto de seres vivos, con el mundo, con el universo. Es algo que no podemos explicar, pero en el fondo sabemos y, aunque no entendamos o no queramos aceptar por qué hay muerte, en algún momento alcanzamos la respuesta a esta y todas las demás preguntas que atormentan a la humanidad desde los primeros tiempos.
En Del cáncer al amor: historia de un renacimiento, Pablo José Gutiérrez nos cuenta su experiencia sin pudor (no podía ser de otra manera): que no se hable del cáncer, que se quiera hacer oídos sordos no significa que no exista. Por desgracia, hay cientos de enfermedades en las que aún hace falta investigar. Quizá dentro de unos años o en unas décadas el cáncer deje de ser mortífero y desaparezca, ojalá. Hasta entonces, quedan los relatos como el de Pablo José Gutiérrez, una historia de lucha, de aprendizaje, de valentía y, como apunta el título, de renacimiento, produciéndose este en dos sentidos: la superación de la enfermedad y un cambio interno, un prisma diferente a través del cual mirar el mundo. Decíamos al inicio que el autor ha dejado a un lado las aventuras épicas, pero lo cierto es que no hay mayor gesta que la de los héroes que pelean con todo en la batalla por la vida. Gracias a Pablo y a todos aquellos (pacientes y profesionales) que luchan incansablemente.
*Parte de los beneficios irán destinados a la Cátedra Doctores Galera y Requena de Investigación en Células Madre Cancerígenas de la Universidad de Granada
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Hace 6 años
26/08/2017 - 17:11
Muchas gracias joseluis53,
Que cierto que hay un antes, un durante y un despues en esta enfermedad.
Que cierto es que hay algo interior que nos conecta con algunas personas...
A seguir bien,
Un abrazo!
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Hace 6 años