Tratamiento del carcinoma: Secuelas y seguimiento

Cuando hablamos de tratamientos del carcinoma, el tratamiento local es el pilar del tratamiento; ya que, tanto el carcinoma de células escamosas o epidermoide de la piel, así como el de células basales es un tumor localizado en la gran mayoría de los casos.

Tratamientos del carcinoma

 

Tipos de tratamientos para el carcinoma

Cirugía

La extirpación quirúrgica es el tratamiento más ampliamente utilizado. Es una técnica bien tolerada, extremadamente eficaz y que permite estudiar por completo la extensión de la lesión tumoral y asegurar la eliminación de la misma mediante el estudio de los márgenes quirúrgicos. Estos pueden variar según el subtipo tumoral. Su objetivo es la extirpación completa del carcinoma tratando de preservar  al máximo la función y la cosmética.

La extirpación puede realizarse habitualmente con anestesia local y sin necesidad de ingreso hospitalario.

En los tumores superficiales la curación se consigue en el 92% e incluso casi en el 100% de los casos, según la fase de diagnóstico inicial. Cuando el tumor tiene una invasión en profundidad o afectación ganglionar regional la extirpación quirúrgica consigue la curación en menor porcentaje. 

En los tumores superficiales la curación se consigue en el 92% e incluso casi y en el 100% de los casos, según la fase de diagnóstico inicial.. Cuando el tumor tiene una invasión en profundidad o afectación ganglionar regional la extirpación quirúrgica consigue la curación en elmenor porcentaje. 72% de los casos.

Existe un sistema avanzado de tratamiento quirúrgico denominado Cirugía de Mohs sobre todo en carcinomas basocelulares con alto riego de recidiva. Y en zonas en que la cirugía convencional puede provocar una gran alteración funcional o estética. 

Se trata de un procedimiento de extirpación del tumor en secciones que permite controlar de forma más precisa los márgenes de extirpación.

Se estudia histológicamente la totalidad de la pieza extirpada y en el caso de que algún cuadrante tenga los bordes afectos, se procede a ampliar quirúrgicamente la extirpación en ese cuadrante. Este proceso se repite en varias etapas hasta conseguir que los bordes estudiados estén libres de tumor. Es un procedimiento más largo y complejo pero puede alcanzar tasas de curación  más altas que la cirugía convencional, cercanas  al 100%.

La utilidad de la realización de la técnica del ganglio centinela no está valorada en estos tumores, aunque es posible que pueda tenerla en determinados tipos de pacientes.

En pacientes inoperables, la radioterapia electiva y tratamientos locales o tópicos pueden ser opciones posibles.

Crioterapia

Destruye a las células tumorales por congelación. Es una técnica útil en lesiones pequeñas, bien definidas y de bajo riesgo de recidiva. Se utiliza la aplicación de nitrógeno líquido sobre la lesión tumoral y un perímetro de tejido sano superior a 3 mm.

Produce normalmente una ampolla  que tras las curas adecuadas con antisépticos puede dejar hipopigmentación residual.

La desventaja de esta técnica es que no se puede hacer un estudio de la lesión ni de los bordes.

Esta técnica solamente la pueden realizar dermatólogos experimentados y con gran conocimiento de esta enfermedad. Es imposible el estudio histológico de la lesión una vez tratada.

Carcinoma cutaneo crioterapia tratamiento

 

Tratamientos tópicos

Distintos agentes quimioterápicos pueden utilizarse de forma tópica y es muy útil para las queratosis actínicas, los carcinomas in situ e incluso en los carcinomas superficiales.

Es de especial valor cuando no son aplicables otras técnicas. Tiene como limitación el que el producto no se extienda a una concentración adecuada sobre la zona a tratar, contribuyendo entonces a que aparezcan recidivas. Se aplica en forma de crema, dos veces al día y durante 4 a 8 semanas. Produce una reacción inflamatoria que puede ser dolorosa. No se debe de aplicar nunca, por ello, cerca de los ojos, labios o fosas nasales.

Existe un agente tópico inmunomodulador (imiquimod) que puede ser una buena alternativa en queratosis actínicas y carcinomas basocelulares superficiales. Como efecto secundario hay que destacar la intensa reacción inflamatoria que aparece con frecuencia y que en ocasiones puede llegar a producir fiebre y malestar general, pero que es reversible al suspender temporalmente el tratamiento.

Otro tratamiento tópico es la terapia fotodinámica, que se basa en unas sustancias llamadas porfirinas, que tienen capacidad fotosensibilizadora, produciendo daño celular ante la exposición a la luz y en presencia de oxígeno. La aplicación tópica o inyectable de estas sustancias puede permitir la destrucción selectiva de los carcinomas cutáneos superficiales.

Electrocirugía

También se le llama curetaje o electrocoagulación.

También es una técnica a aplicar solamente en lesiones pequeñas, bien delimitadas y de bajo riesgo de recaída. Tampoco permite el estudio histológico de la lesión.

Radioterapia 

La radioterapia es una buena elección para tratar tumores de gran tamaño que no se pueden operar bien por las condiciones del paciente o bien por la localización (su exéresis daría lugar a alteraciones cosméticas importantes) o en personas mayores o en las que no se considera indicado un tratamiento quirúrgico.

Es una técnica de tratamiento contraindicada en el carcinoma verrucoso (variante del carcinoma epidermoide de buen pronóstico).

La radioterapia también se utiliza cuando el tumor primario no se puede resecar por completo y los márgenes quirúrgicos están afectos o muy próximos y no pueden ser reintervenidos con la seguridad de dejar al paciente libre de tumor ; o cuando los ganglios regionales están afectados.

Terapias dirigidas

Vismodegib es un fármaco desarrollado en los últimos años, dentro de los llamados tratamientos o terapias dirigidas (inhiben una vía metabólica celular específica),  y ha sido aprobado como  tratamiento eficaz para algunos carcinomas basocelulares localmente avanzados o metastásicos.

Seguimiento y revisiones después de un carcinoma

Tras el tratamiento del carcinoma cutáneo, el paciente debe someterse a revisiones periódicas que deben incluir la exploración física dermatológica como elemento principal.  

El objetivo de las revisiones es detectar una recidiva de la enfermedad, aunque suelen ser raras por la eficacia de los tratamientos actuales.

En caso de carcinomas cutáneos de bajo riesgo es suficiente con revisiones una o dos veces al año para detectar lesiones incipientes que pueden tratarse fácilmente evitando futuras intervenciones quirúrgicas más complejas.

Ante carcinomas cutáneos de alto riesgo bien por un estadío avanzado o bien por la  localización  (basocelulares en canto interno de ojos o espinocelulares de labio o pabellón auricular) o por la existencia de algún factor de riesgo, es aconsejable revisar al paciente cada 3 meses durante los dos primeros años, y posteriormente cada 6 meses.