Hablar a los niños

Asumir que un ser querido está al final de su vida es una situación muy dura y compleja en la que pueden aparecer emociones muy intensas, pero no solo en los adultos sino también en los niños, aunque pueden existir diferencias a la hora de expresarlas.

Por lo general, cuando nos enfrentamos a la pérdida de un ser querido, tendemos a proteger a los más pequeños de la casa para evitarles sufrimiento, por lo que solemos apartarles de todo lo que tenga relación con la muerte. Sin embargo, los niños se van a enfrentar a la pérdida y, posteriormente, experimentarán un duelo, aunque sus reacciones no tienen por qué ser iguales a las que vivimos los adultos.

La edad del niño y su madurez son los aspectos más importantes que debes tener en cuenta antes de hablar con él/ella de la muerte de un ser querido.

Sabemos que son momentos difíciles pero, por si te sirve de ayuda, te ofrecemos una serie de pautas que puedes seguir para hablar con tus hijos y nietos sobre el avance de la enfermedad y la proximidad de la muerte de un ser querido:  

  • Háblale de vuestro ser querido con naturalidad y de lo que está pasando. Por lo general, ocultarles información no es lo más adecuado.  Antes de abordar el tema de la muerte, es importante que el niño conozca la situación de enfermedad y de gravedad. Ve informándole poco a poco de que su ser querido está muy malito para que esté más preparado para hacer frente al desenlace.
  • Una vez que el niño sabe que su ser querido tiene una enfermedad grave, si ves que el fallecimiento se acerca, habla con él de lo que va a ocurrir. Hay niños que preguntan directamente y otros no lo hacen, pero en cualquier caso es recomendable hablar de la inminencia del fallecimiento. “Ya sabes que … está muy malito/a. Los médicos han hecho todo lo posible por curarle/a, pero no todas las enfermedades se pueden curar. A veces las personas mueren, y pensamos que eso es lo que le va a pasar a … Si quieres podemos pasar un ratito con él/ella para que podamos despedirnos y decirle que le/la queremos mucho. Así se pondrá contento/a.” 
  • Si pregunta directamente: “¿Se va a morir?”, la respuesta es “Sí. No sabemos exactamente cuándo, así que si quieres podemos hacerle una visita, o podemos pasar tiempo con él para despedirnos. Si quieres puedes hacerle un dibujo para que se ponga contento.”
  • Si el niño se resiste a acercarse al enfermo no hay que insistir, es mejor darle un tiempo. 
  • Quizá sea necesario explicarle qué significa morir. La explicación debe ir en concordancia con las creencias reales que sobre la muerte tengan los padres o familiares del niño (por ejemplo, creencias religiosas), que forman parte de la educación que le han transmitido. 
  • Háblale con cariño y transmítele seguridad, que no está solo/a. Permítele que exprese qué está sintiendo y explícale que es normal que esté triste, enfadado, preocupado, etc. Concreta sus temores y ofrécele una solución. “Todos estamos muy tristes. Es normal que tú también lo estés y que tengas muchas ganas de llorar. Además, creo que estás preocupado por lo que va a ocurrir con … Pues verás….”
  • Adapta la información a su edad y nivel de comprensión, ofreciéndole la información poco a poco, de manera sencilla pero veraz, para que la pueda comprender. Dale la oportunidad de preguntar todo aquello que necesite saber. 
  • No te preocupes si no tienes respuestas para todo. Si no sabes cómo responder a una pregunta, no pasa nada porque le digas que en este momento no sabes la respuesta pero que lo vas a averiguar.
  • No le mientas y no le hagas promesas que no estés seguro de poder cumplir. 
  • No intentes mantenerle al margen, no le mandes a casa de algún familiar o vecino, salvo que sea estrictamente necesario. El niño necesita sentirse arropado por sus familiares directos. 

 

¿Cuándo debo buscar ayuda para mis hijos?

Si el niño ha participado con naturalidad en el proceso de enfermedad y ha sido informado de manera adecuada sobre la gravedad situación, no tienen por qué aparecer problemas. Ten en cuenta que estar triste y preocupado no significa tener un problema emocional.

Generalmente, los niños manifiestan sus problemas emocionales a través de la conducta. Es importante que estés atento ante posibles cambios en sus comportamientos, en su rendimiento escolar, en sus juegos o en sus dibujos. Informa al centro escolar de lo que está ocurriendo en casa, para que también puedan detectar posibles problemas en el aula o el recreo.

 

Si tienes dudas y te cuesta reconocer si tu hijo o tu nieto necesita intervención profesional, si necesitas apoyo o asesoramiento para estos momentos tan dolorosos, puedes ponerte en contacto con nosotros. En la AECCponemos a tu disposición un servicio de atención psicológica gratuito en el que psicólogos especialistas valorarán tu situación y plantearán la atención que mejor se ajuste a tu caso. Puedes contactar con nosotros solicitando cita en la sede de tu provincia , llamando a Infocáncer (900 100 036) o a través de nuestro consultorio online.

 

Si lo deseas puedes descargarte este documento .(pdf) en el que encontrarás una información más detallada sobre cómo hablar con los niños de tu familia.

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