La Junta Local de Ferrol de la Asociación Española Contra el Cáncer ha organizado la segunda edición de Ultreia, el Camino Inglés a Santiago de Compostela, en la que han participado 228 personas. En esta ocasión, los peregrinos ―pacientes, familiares, amigos, voluntarios y artistas― completaron el Camino en cinco etapas, que se desarrollaron los sábados y el último domingo del mes de abril.

El objetivo es que el Camino “sirva como punto de encuentro y terapia para pacientes y familiares”, explica la presidenta de la Junta Local de la ciudad departamental, Isabel Estevan, que, además, asegura que “la experiencia ha sido muy emocionante, porque todos hemos convivido como una gran familia. Estamos muy orgullosas por el éxito que ha tenido la iniciativa”.

La presidenta local también mostró su agradecimiento a las instituciones que han colaborado con Ultreia: Autoridad Portuaria de Ferrol-San Cibrao ―cuyo presidente, Francisco Barea, ejerció como padrino en esta edición―, Armada Española ―con una gran implicación del almirante del Arsenal de Ferrol, Ignacio Frutos―, Xunta de Galicia, Diputación de A Coruña, Jefatura Provincial de Tráfico, Demarcación de Carreteras del Estado, Protección Civil y los diferentes ayuntamientos por los que discurrió el Camino ―Ferrol, Neda, Cabanas, Fene, Mesía, Narón, Pontedeume, Miño, Betanzos, Carral, Abegondo, Ordes, Oroso y Santiago de Compostela―. 

Por otra parte, “este año hemos apostado por el humor, porque todos necesitamos reírnos”, asegura la vicepresidenta de la Junta Local ferrolana, Mabel Sanesteban. En cada una de las etapas, los peregrinos estuvieron acompañados por invitados especiales: los humoristas Pepo Suevos, David Amor y Roberto Vilar y el mago Roberto Lolo. Todos ellos compartieron con el resto de participantes la necesidad de actuar para prevenir el cáncer. En concreto, se centraron en la importancia de aplicar medidas de protección para la prevención del cáncer de piel, la promoción de hábitos saludables ―como practicar ejercicio y llevar una alimentación sana―, la deshabituación tabáquica y participar en las pruebas de detección precoz de la enfermedad, que salvan numerosas vidas todos los años. Se estima que entre el 30 y el 50 % de los tumores pueden prevenirse siguiendo métodos de prevención como los cribados, pero las cifras de participación siguen teniendo un amplio margen de mejora. 

A lo largo de las cinco etapas, los participantes conocieron a personas nuevas, estrecharon lazos entre ellos y compartieron sus historias vitales, como las de Cristina e Isabel, ambas pacientes con cáncer. La primera asegura que “me anotaron un poquito a la fuerza, aunque la realidad es que lo estoy disfrutando. Siempre quise hacer el Camino, pero me parecía que era muy difícil para mí”. Sin embargo, la facilidad que ofrece completarlo por etapas “es una maravilla”, a lo que se suma “el ambiente, poder estar con personas que pasan por lo mismo y ver el espíritu y ganas de vivir” de todos los asistentes. Para Isabel, “la Asociación es lo más grande que tenemos”. Recurrió a ella cuando le diagnosticaron cáncer de mama, y destaca la calidad de todos sus profesionales, “que me trataron genial”. 

Otros quisieron peregrinar en recuerdo a familiares que pasaron por la enfermedad, como Cecilia, Julián y Tamara ―padres y hermana de la paciente fallecida Vanessa López, muy implicada con la Asociación y protagonista de la exposición fotográfica Resilientes―. “Era una chica muy alegre, y uno de sus objetivos era dar visibilidad a la lucha contra el cáncer y a que las personas jóvenes también lo padecen. Ahora, ella es un referente para otros enfermos”, explica Tamara. “Hacemos el Camino en su nombre” ataviados “con las camisetas del grupo Vane’s Band, que celebra conciertos benéficos para recaudar fondos destinados a la Asociación Española Contra el Cáncer”. También Eva completó la peregrinación con su sobrina, Nerea, en el recuerdo. “Era uno de los seres más bonitos que he conocido y me dio una lección de vida. Ella hace el Camino conmigo”. 

Los maravillosos voluntarios de la Asociación tampoco quisieron perderse la ocasión de hacer el Camino. Mari Carmen, de Coristanco, asegura sentirse “muy contenta por pertenecer a la gran familia de la Asociación”. Ultreia “me gusta por la visibilidad que nos da. Es necesario que la gente perciba que estamos presentes y unidos para ayudar”. Otro voluntario Jacobo, decidió volcarse con la Asociación tras el diagnóstico. “Todo lo que pueda ayudar es poco”, explica. Esta también es su segunda vez en Ultreia. En la primera participó “como paciente, y resultó muy emotivo. El Camino fue de una ayuda enorme durante la enfermedad. Se lo recomiendo a todos los pacientes”. 

El 28 de abril los peregrinos llegaron a la plaza del Obradoiro de Santiago de Compostela, donde fueron recibidos por la alcaldesa de la capital gallega, Goretti Sanmartín, y el conselleiro de Sanidad de la Xunta, Antonio Gómez Caamaño. Tras la experiencia, las responsables de la Junta Local de Ferrol destacan “la maravillosa respuesta que hemos obtenido de todo el mundo, lo que nos ha permitido superarnos con respecto a la edición anterior ―algo que pensábamos que era casi imposible―”, asegura Mabel Sanesteban. “Nos quedamos con los cientos de abrazos que hemos dado durante estas semanas, y también con los mensajes de agradecimiento que hemos recibido. Como voluntarias, la sensación de que alguien te diga ‘gracias por cuidarnos’ es indescriptible”. Ser testigos de la ilusión y la emoción mostradas por los asistentes “es un feedback maravilloso que nos permite ver que lo que hacemos tiene significado. Estamos encantadas”, concluye Isabel Estevan.