Cuidados estéticos

Durante los tratamientos, puedes hacer algunas cosas para cuidar tu estética.

Tendrás que cuidar tu pelo, tu cabeza, tu piel, tus manos, cejas, pestañas y también tendrás que tener un cuidado especial con tu higiene.

Si has perdido el cabello y usas una prótesis capilar, te recomendamos el correcto uso de la prótesis y el mantenimiento de la misma con productos adecuados. 

Se desaconseja el uso del pegamento en las prótesis capilares. Se deben evitar pegar, siempre que sea posible, con sustancias adherentes, aunque sean de uso específico para posticería (al menos pegar la menor superficie posible y durante el menor tiempo), por la agresión que se produce en la piel. De esta forma disminuye el riesgo de heridas. 

En caso de necesitar sujeción de la prótesis capilar, para tu mayor seguridad, ésta debe ser puntual, a ser posible con adhesivo y no con pegamento líquido, abarcando la menor zona posible. Ha de retirarse cada día, y siempre mejor diluyendo con agua la goma del adhesivo. Inmediatamente después, aplícate una buena crema hidratante en la zona. 

En todos los casos, el cuero cabelludo necesita hidratación, ya que es una piel finísima, muy sensible (sensibilidad que se agrava con el tratamiento en sí) y que nunca ha estado expuesta directamente al aire y a la acción solar. Esta hidratación se podrá hacer tanto en un centro como en casa, con los productos adecuados. 

Si llevas la cabeza cubierta (con gorro, pañuelo o peluca), con la hidratación es suficiente; si no, necesitarás protección solar, al igual que en el rostro. 

Durante los tratamientos de quimioterapia, puedes estar más sensible a productos que antes no te producían ninguna reacción (cremas, perfumes, desodorantes, cosméticos...). 

Es conveniente realizar un análisis de la piel y, si no lo hiciste antes, sustituir o incluir nuevos productos más hidratantes y específicos, a ser posible sin perfumes, sin conservantes ni aditivos. 

Los tratamientos corporales de cabina se desaconsejan de forma general, y sólo se pueden realizar con la previa autorización del oncólogo. 

Existen tratamientos relajantes que se pueden realizar, siempre y cuando no se introduzcan aceites esenciales ni otras sustancias que pudieran penetrar a través de la piel y pasar a la sangre. 

 

En ningún caso se pueden realizar depilaciones, peelings, drenajes linfáticos (salvo en caso de “lindefema”), micropigmentaciones, ni tatuajes. 

 

También se desaconseja totalmente el uso de pestañas postizas, porque el pegamento es irritante, puede entrar dentro del ojo y provocar alergias. Puede ocurrir también que al tratar de desprenderlas, la piel esté tan sensible que se pueda dañar tras quitar el pegamento.

 

Tampoco se recomienda maquillar las pestañas porque puede acelerar el proceso de caída (por el peso y la tirantez). 

 

Isasaweis nos da consejos sobre cuidados estéticos durante el tratamiento de cáncer de mama (ver video)

 

El pelo 

 

Los efectos secundarios de la enfermedad sobre el pelo suelen ser poco significativos. 

 

Cabe destacar que la pérdida de peso puede estar acompañada de un déficit en la absorción adecuada de nutrientes, lo que puede originar una fragilidad y caída parcial del cabello. A ello puede contribuir un estado de ánimo decaído o un elevado nivel de ansiedad. 

En cambio sí son muy alarmantes los efectos secundarios de los tratamientos sobre el cabello. Siempre se producirá un gran debilitamiento del cabello y en algunos casos, la caída parcial o total del mismo. 

El pelo puede ser una de tus principales preocupaciones una vez que empieces con los tratamientos. Si te preguntas “¿Cuándo se me va a caer el pelo?” debes saber que dependerá del tipo de tratamiento que recibas y del estado en el que te encuentres en el momento de recibirlo.

Normalmente la caída del pelo suele tener lugar entre dos y tres semanas después de haber recibido el primer ciclo de la quimioterapia. En los días anteriores puedes notar una pérdida de brillo, fragilidad y puede quebrarse al peinarlo. A partir del segundo ciclo se produce una caída más severa.

No en todos los casos se produce una caída total del cabello. Puede ser parcial (más o menos llamativa) o no llegar a producirse. 

El pelo, como consecuencia del tratamiento de quimioterapia, se debilita considerablemente.

Es recomendable no teñirlo para no añadir más agentes agresivos a este proceso que ya de por sí lo es, y aumentar estos efectos. Aunque depende también del tipo de tinte utilizado. 

 

Qué hacer  

  • Si no se ha producido una caída total, es conveniente fortalecer el pelo que queda con productos adecuados.  
  • Lavar el pelo con un champú específico lo más suave posible, sin detergentes ni espesantes, sin frotar y con agua templada, evitando el agua caliente.  
  • Realizar un corte de pelo cómodo.  
  • Hidratar el pelo y cuero cabelludo.   
  • Mantenerlo al aire el máximo tiempo posible, evitando su exposición prolongada al sol y a las inclemencias del tiempo (como puede ser el frío).  
  • Si se ha producido una caída total, hidratar y proteger con máxima protección la piel del cuero cabelludo.  
  • Si se usan prótesis capilares (o pelucas), dejar al menos de ses a ocho horas diarias “respirar” el cuero cabelludo, dejándolo transpirar totalmente. A ser posible usar prótesis transpirables todo el tiempo. 

 


Normas para el correcto cuidado de las prótesis capilares  

Dependiendo del tipo de prótesis que uses, los cuidados son variables. En todo caso, te recomendamos seguir las indicaciones del especialista donde adquiriste la prótesis.

En líneas generales, te podemos dar los siguientes consejos: 

  1. Siempre que se retire la prótesis del cuero cabelludo, trata de instalarla sobre una cabeza de porex u otro material destinada a tal efecto. 
  2. Una vez fijada la prótesis al soporte mediante unos alfileres, peinarla cuidadosamente, evitando los tirones y airear el pelo realizando movimientos de derecha a izquierda y de arriba abajo. 
  3. Si la prótesis se puede lavar en casa, como ocurre con las que son sintéticas, debes realizarlo de la siguiente manera: 
  • Prepara un recipiente grande con agua tibia y el champú recomendado (lo menos agresivo posible) diluido en el agua.  
  • Sumerge la prótesis, sin frotar. Realiza sucesivas inmersiones.  
  • Cambia de agua varias veces para proceder a su aclarado. 
  • Una vez aclarada e hidratada, colócala en la cabeza de porex y quita el exceso de agua con una toalla, sin retorcerla ni frotarla.  
  • Péinala suavemente y déjala secar al aire sin secador. EN LAS PELUCAS SINTÉTICAS NO SE DEBE UTILIZAR EL SECADOR NI ACERCARLAS A NINGUNA FUENTE DIRECTA DE CALOR PARA QUE SE SEQUEN. 

    4.  Ante cualquier duda: consulta al especialista. 

 

 

Qué no hacer 

  • No debes teñir tu pelo o realizar permanentes durante los tratamientos médicos, en caso de que no hayas perdido el cabello. 
  • Si usas prótesis capilares, se desaconsejan totalmente las prótesis pegadas de forma permanente al cuero cabelludo, y aquellas que por su adhesión utilicen pegamentos muy agresivos. Aunque estén parcialmente pegadas, levantan la piel tras su retirada. 

 

 

Pañuelos en la cabeza 

 

Se pueden barajar varias opciones cuando perdemos el cabello por un tratamiento como la quimioterapia. Hay muchas personas que prefieren no utilizar peluca, bien por estética, comodidad, etc… pero es conveniente recordar que la piel del cráneo no está acostumbrada a la exposición directa del sol, por lo que una exposición repentina podría dañarla en exceso. 

Si prefieres no utilizar pelucas, pero no quieres dejar tu cabeza al descubierto, existe la opción de los pañuelos. Hay pañuelos pensados específicamente para pacientes oncológicos, que tienen unas características particulares. 

Los pañuelos en sí se cosen a una base de algodón que es la que va a sujetar el pañuelo a la cabeza, impidiendo que se vea el cuero cabelludo si hay viento o simplemente si el pañuelo se mueve. 

A estas bases se les puede coser pelo en la zona del flequillo, patillas o pelo en la nuca, para simular que hay pelo bajo el pañuelo, y combinar los colores del pañuelo con los de la ropa que se vaya a llevar. 

Su colocación es muy sencilla, ya que lo que ajusta al cráneo es una base que se pone como un gorro y luego simplemente hay que ajustar la tela del pañuelo a nuestra cabeza. 

 

Manos y uñas 

 

Otras partes importantes de tu cuerpo que pueden verse afectadas durante los tratamientos serán tus manos, uñas, cejas y pestañas. 

 

A continuación te ofrecemos respuestas a algunas de las preguntas o dudas que puedes hacerte en estos momentos. 

¿Puedo hacerme la manicura y la pedicura?

No hay problema, siempre que se sigan las siguientes precauciones: 

  • No cortar cutículas ni producir heridas, ya que puedes encontrarte baja de defensas y tener por tanto un alto riesgo de contraer infecciones. 
  • No maquillar las uñas (se introducen agentes químicos no deseables).  
  • Mantener una longitud de uña corta, para evitar que se enganchen y se quiebren, y además se reduce el riesgo de arañazos. 

En relación a las uñas pueden producirse diversas alteraciones debidas a los efectos de los tratamientos médicos. Es frecuente que aparezcan alteraciones en la velocidad y forma del crecimiento de las uñas (onicodistrofia), así como roturas de causa no traumática (onicolisis) pueden salir estrías (arruguitas en la uña) verticales y horizontales, reblandecimiento o engrosamiento de las mismas. 

En algunos casos, no muy comunes, pueden llegar a caerse. 

Todo ello es debido al efecto que sobre la matriz ungueal (zona de crecimiento de la uña) producen tanto los agentes quimioterapéuticos como la radioterapia. 

También pueden aparecer alteraciones en la coloración de las uñas, ya sea por pigmentación de melanina, o por depósitos de sustancias sobre las células de la matriz ungueal. 


Las alteraciones ungueales suelen desaparecer una vez finalizados los tratamientos y en ese momento es aconsejable proteger la lámina ungueal (esmaltes protectores) y favorecer la hidratación de la matriz ungueal (aceite de oliva, aceite de rosa de mosqueta, ácido glicólico...) 

Qué hacer

  • Usa productos hidratantes y regenerantes a diario para evitar que tus uñas se rompan en capas o se estríen.  
  • Llévalas cortas para evitar que se enganchen y se rompan. 

 Qué no hacer

  • Nunca cortes las cutículas ni te levantes los padrastros, ya que se pueden producir heridas, con el consiguiente aumento del riesgo de infecciones.  
  • No te pintes las uñas, ya que son productos químicos que asfixian las uñas y hacen que se partan.  
  • No uses uñas postizas, ya que el pegamento es agresivo e irritativo. La uña natural, por efecto del pegamento y por la uña postiza se asfixia y se parte.  
  • No las lleves largas, para evitar que se rompan, se quiebren y te hagas posibles arañazos.  
  • Nunca uses alicates corta-cutículas, cuchillas corta-callos, ni cualquier otro material punzante o de corte.

 

Piel 

 

Los efectos de la enfermedad sobre la piel se reducen al deterioro de la misma debido a la pérdida de peso previa al diagnóstico de la enfermedad.

 

¿Por qué se produce la hiperpigmentación?  

 

La aparición de zonas hiperpigmentadas o de distinta coloración es un fenómeno frecuente. A veces, este efecto es localizado (sólo zonas de piel expuestas, mucosas, zonas de presión...). 


La hiperpigmentación puede deberse a la activación de la formación de melanina producida por algunos agentes quimioterapéuticos, en cuyo caso el problema se agrava por la exposición solar. Siempre se han de usar protectores solares, ya que muchos de estos agentes inducen a una especial fotosensibilidad (reacción exagerada a la exposición solar). Asimismo, las áreas sometidas a tratamiento con radioterapia deben estar cuidadosamente protegidas del sol. 


En otros casos, la coloración es debida al depósito directo de los fármacos a nivel de piel, mucosas, anejos cutáneos... y en este caso, suele ser persistente. 

 

¿Por qué se produce la deshidratación?  

 

Otro efecto secundario frecuente es la xerosis cutánea (sequedad y deshidratación) con la aparición de dermatitis exfoliativa. La sequedad cutánea aparece en la mayoría de los pacientes tratados con quimioterapia, ya que estos fármacos inducen una proliferación celular cutánea incrementada (la velocidad de renovación de la piel se acelera) con lo que se produce una pérdida excesiva de fluidos intercelulares con la aparición de una piel seca, descamativa y agrietada. 


También las áreas de piel sometidas a la acción de la radioterapia sufren problemas de sequedad y atrofia cutánea. 

En estos casos, es muy útil el empleo de sustancias humectantes (sustancias que humedecen) y emolientes (sustancias que ablandan, como urea, ácido láctico...) así como productos que aportan componentes de la barrera hidrolipídica que se pierde (ácidos omegas...). 


Cuando recibes tratamientos de quimioterapia puedes sensibilizarte ante determinados productos de uso tópico que nunca con anterioridad te habían producido alergias. Cremas, productos cosméticos, jabones, geles y colonias pueden ahora provocar nuevas alergias (debido fundamentalmente a los diferentes compuestos como conservantes, colorantes, perfumes...). 


Además, te hará falta una hidratación suplementaria para hacer frente a la creciente deshidratación. 

En todo caso te recomendamos estudiar las nuevas necesidades de tu piel.

 

Efectos que se producen 

 

La piel de todo el cuerpo sufre una deshidratación muy fuerte debida a los efectos secundarios de la quimioterapia. A su vez, la sequedad deja la piel extremadamente sensible, y en este estado cualquier roce o producto (incluidos los jabones y geles inadecuados) pueden provocar enrojecimiento, alergias, descamación y heridas. 

Algunas veces se produce el efecto opuesto, debido a la descompensación entre la ingesta de líquidos y la eliminación de los mismos (hiperhidratación). 

Otro efecto muy común que la quimioterapia produce sobre la piel es la hiperpigmentación o aparición de manchas.

La aparición de las manchas no se puede evitar, pero sí que las manchas sean muy oscuras. Para ello, cada vez que te expongas a la radiación solar debes utilizar un filtro solar con pantalla total (aunque en apariencia esté nublado o no brille el sol). 

 

¿Qué usar? 

 

  • Los productos que se deben usar tanto para la cara como para el cuerpo han de ser lo más suaves y neutros posibles. 
  • Jabones y champús específicos (con los mínimos detergentes posibles, que no incluyan nada de sosa, ni espesantes químicos). 
  • Cremas específicas, muy suaves e hidratantes a ser posible sin perfume ni colorantes ni conservantes. 
  • Se ha de tener sumo cuidado, en la ducha o en el baño, de no frotar la piel con cepillos o esponjas, y nunca exfoliarla ni utilizar productos exfoliantes. 
  • Utilizar ropa holgada, si es posible de algodón o hilo, que son materiales poco agresivos para la piel y te aliviarán de picores y otros síntomas molestos. 

 

La higiene de la piel es sumamente importante ya que de ello depende la buena absorción de los productos hidratantes que se aplicarán a continuación.

 

¿Qué no usar? 

 

  • No usar cremas despigmentantes para tratar de eliminar las manchas. 
  • No usar cremas con retinol, ácido glicólico, reafirmantes algas, anticelulíticos, drenantes... que puedan producir reacciones en la piel. 
  • Se aconseja evitar la administración directa de perfumes sobre la piel en las zonas operadas o radiadas, así como de desodorantes en la axila sometida a tratamiento radioterápico.
  • No se pueden usar autobronceadores. 
  • No utilizar ropa ajustada que provoque rozaduras.
  • No realizar masajes corporales durante los tratamientos médicos (a menos que se realicen bajo prescripción médica).
  • En ningún caso realizar drenajes linfáticos, salvo en el caso especial del linfedema.
  • No se pueden hacer limpiezas de cutis habituales, aunque sí se pueden hacer tratamientos de oxigenación de la piel, realizados por un especialista. 
  • Se debe evitar exponer la piel a cualquier tipo de roce: por el uso de collares, cadenas, aros elásticos, gomas de ropa interior, relojes, etc. 

 

Higiene 

 

Es muy importante que si estás bajo tratamiento de quimioterapia o radioterapia extremes las medidas de higiene de tu piel. 

 

Sea cual sea tu tipo de piel, la limpieza cotidiana es imprescindible para la efectividad de cualquier tratamiento. 

La suciedad que se acumula en la superficie de la piel a lo largo del día constituye el terreno predilecto para el desarrollo de microorganismos que pueden revestir niveles de peligro para la piel; la suciedad además resulta antiestética e impide el normal funcionamiento de la epidermis. 


La limpieza del rostro es por tanto, imprescindible y debe hacerse dos veces al día: 

  • Por la mañana, para suprimir el exceso de sebo producido por la noche. 
  • Por la noche, para eliminar los pigmentos de maquillaje y los restos de polución que se acumulan sobre la piel; pero no más, ya que las limpiezas excesivas acaban siendo irritantes. 


Hay dos formas de limpiar el rostro: 

  • Con una emulsión que disuelva las sustancias grasas seguida de un tónico.
  • Con productos que se retiran con agua.


La mejor fórmula es aquella con la que la piel se encuentra más confortable. La higiene corporal es, asimismo, imprescindible.

La ducha es el mejor método de limpieza del cuerpo. El tiempo que debemos emplear puede oscilar de 5 a 10 minutos, con una temperatura de 30 a 35 grados. Conviene alternar chorros de agua fría y caliente, ya que se activa la circulación sanguínea y supone un excelente método de relajación. 

Los complementos para la ducha son el jabón neutro y un instrumento que nos permita arrastrar los residuos de piel muerta pero sin agredirla, erosionarla ni irritarla.

Contenido relacionado