Sueño y descanso

Durante los tratamientos de tu enfermedad necesitarás dormir y descansar. El descanso te permitirá repopner la energía gastada.

Mujer durmiendo

 

Debes saber que sueño y descanso no son lo mismo y ahora más que nunca, necesitarás hacer ambas cosas.

El descanso físico lo podrás conseguir interrumpiendo tus actividades diarias buscando un momento y un lugar para poder estar relajado, tendido o en una postura cómoda. El descanso sensorial lo conseguirás mediante el silencio, cerrando los ojos y destensando tus músculos. El descanso emocional se consigue  disminuyendo la realización de actividades y y buscando un lugar donde te sientas cómodo y tranquilo y el descanso mental se logra separando la mente de cualquier actividad intelectual, intentar "desconectar" de los problemas y preocupaciones.

El sueño (dormir) sólo existe cuando ha cesado la conciencia. 

  • Nos permite sentirnos bien mientras dormimos y durante las horas del día.
  • Un buen descanso nocturno es una excelente manera de mejorar tu estado de ánimo durante el día.
  • Recuerda que una mala noche de sueño tiene claros efectos en las tareas que realizamos durante el día. Dormir mal influye directamente en tu humor y te hace sentir cansado e irritable.
  • Para poder tener la sensación de haber dormido bien y descansado durante la noche, no sólo es importante el número de horas también  lo es la calidad de las mismas.

Las horas de sueño necesarias para sentirte bien son variables. Cada uno de nosotros necesitamos distintas horas. Hay personas que necesitan 8 horas para sentirse bien, hay otras que necesitan 10 y algunas, con 4 horas o 5, se sienten descansadas física y mentalmente. La mayoría de las personas descansan entre 6 y 9 horas, pero no es algo matemático.

Debes saber que nuestros malos hábitos influyen de forma negativa en nuestro organismo y que conseguir mantener unos hábitos adecuados al acostarnos es uno de los principales factores que influyen en la calidad de nuestro descanso.

Las rutinas antes de dormir son muy importantes, ya que de esta manera acostumbramos al cuerpo a seguir un ciclo regular.

Si tienes problemas para dormir, debes saber que los problemas de sueño son un síntoma, no una enfermedad y que será necesario saber qué te está pasando y los motivos por los que no puedes dormir. A continuación te ofrecemos algunas recomendaciones que te ayudarán a dormir. 

 

 

Recomendaciones

 

  • La primera recomendación es que te acuestes en cuanto aparezcan los primeros signos de sueño.
  • Si no puedes dormir después de unos 20 ó 30 minutos, levántate y cambia de habitación. Puedes aprovechar para leer o ver la televición, o alguna actividad que no requiera mucho esfuerzo físico, ya que eso podría activarte. Cuendo notes que de nuevo tienes ganas de dormir, inténtalo de nuevo. Repite este paso tantas veces como sean necesarias.
  • Procura dormir el número de horas que necesitas. Recuerda que cada uno tenemos nuestra propia necesidad.

 

Hábitos que favorecen condiciones para dormir bien  

  • Disponer de una buena cama (buen somier y colchón de dureza intermedia). Utiliza una almohada que mantenga la espalda alineada.
  • Una habitación cómoda, oscura, sin ruidos y con una temperatura adecuada (18-22 grados).
  • Cuida tu alimentación. No te vayas a la cama con el estómago vacío (hambre, sed) pero tampoco con el estómago lleno o tras una cena muy pesada.
  • Toma un baño con agua caliente y un vaso de leche templada. Promueven el sueño.

 

Hábitos que disminuyen la excitabilidad y activación de nuestro sistema nervioso 

  • Evita los estimulantes (cafeína, nicotina,…) y el alcohol. Te recomendamos no tomar café, te, bebidas de cola, chocolate, tabaco,… tres o cuatro horas antes de irte a la cama. Estimulan el cerebro e interfieren con el sueño.
  • Hacer ejercicio de forma regular ayuda a dormir mejor. Sin embargo, evita realizar ejercicio cerca de la hora de dormir ya que puede activarte. Se recomienda realizarlo durante la primera mitad del día.
  • Intenta aparcar los problemas antes de dormir. No consultes los problemas con la almohada. Es mejor intentar descansar y resolver los temas pendientes al día siguiente, una vez hayamos descansado y estemos más despejados.  

 

Hábitos que ayudan a mantener ritmos y horarios

  • Marca tu horario de sueño como una rutina, es decir, intenta acuostarte y levantarte todos los días siempre a la misma hora, no importa cuanto hayas dormido durante la noche. Las horas más propicias para el sueño suelen ser las 11 – 12 de la noche.
  • Evita dormir durante el día si tienes problemas de insomnio. Intenta no dormir la siesta, pero si lo necesitas, no duermas más de 20 minutos. Puede alterar la capacidad de dormir bien por la noche.
  • Utiliza sólo la cama para dormir. Aunque otros muebles pueden ser utilizados para el descanso, como sofás o sillones, la cama te garantiza una buena postura física y te ayudará a descansar.   

Es muy importante que seas constante en estos hábitos. Sin embargo, si a pesar de seguirlos durante un tiempo, no consigues conciliar el sueño, consulta con tu médico y solicita ayuda a un profesional especialista.

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