Hace 6 años

Cuando las cosas no salen como esperabas, cuando te derrumbas, cuando lloras, cuando no tienes ganas de hablar, cuando te das cuenta de que es de valientes sonreír cuando el corazón llora. Entonces y sólo entonces, sabrás realmente lo que puedes soportar; que eres fuerte y que podrás ir mucho más lejos de lo que pensabas cuando creías que no se podía más. Y es que realmente la vida vale, cuando tienes el valor de enfrentarla. A veces, es necesario darse un golpe para darte cuenta que lo estabas haciendo estaba mal, aunque desde buen principio sabias que ibas a caer, y que iba a doler. No es tan simple. Da un poco de miedo, pero es bonito. Tener tanto que perder es bonito. La vida va demasiado rápido. Si no te paras y miras a tu alrededor de vez en cuando, puedes perderla. Piensa. Si la vida te diese un segundo, un segundo para cambiarlo todo ¿Qué harías? Pues yo, sinceramente, no cambiaría nada, creo que los recuerdos son los que te hacen a ti mismo, sean buenos o malos. No cambiaría ninguna lágrima, ninguna sonrisa, ningún beso, ninguna caricia... nada. Nuestras huellas dactilares no se borran de las vidas que tocamos. Todo lo que hagas en la vida será insignificante, pero es muy importante que lo hagas. Porque nadie más lo hará. No tenemos miedo a las dificultades, lo que nos asustaba es la obligación de tener que escoger un camino. Escoger un camino significa abandonar otros. Supera el miedo y observa maravillado cómo se transforma tu mundo. La vida no es un problema para ser resuelto, es una aventura para ser vivida.