Hace 13 años

Un viejo campesino le dijo a Dios “Tú has creado la Tierra, sin duda una gran hazaña, pero no eres buen campesino, si quieres puedes aprender algo de mí”
Dios le preguntó “¿Qué consejo me das?
“Concédeme un año, y ocúpate de que todo se cumpla como yo te indique, verás como al terminar el año no habrá pobreza ni hambre en la Tierra.”
Dios aceptó el trato y el campesino empezó a hacerle las peticiones indicadas.
El tiempo para sembrar era el mejor, la temperatura ni demasiado fría ni calurosa, si el campesino pedía sol, este salía. No se produjo ninguna tormenta, ni enfermedades amenazaron la cosecha.
Al final del año el campesino se paseó delante de Dios, “Esta cosecha será tan abundante que podremos vivir diez años de ella; te dije que aprenderías mucho de mí”
Pero cuando las espigas fueron segadas, descubrió en la trilla que no contenían granos, el campesino corrió junto a Dios “¿qué ha salido mal?
“Te has olvidado de una parte esencial, un poco de roce y de reto son necesarios, los relámpagos y truenos, la tristeza y el dolor, enriquecen lo mismo que la felicidad y la alegría. Las tormentas son necesarias al igual que el cielo azul, porque despiertan el alma del trigo.”
Mandalas
Hace 13 años

Muu.. potito y pa aprender.

PA LANTE

Hace 13 años

Precioso y mucha verdad!!! gracias por compartirlo,Un gran abrazo.Luz

Hace 13 años

Es la pura verdad. Un besote