Hace 11 años

24 de junio de 2012. Fallece un deportista, jugador del Real Betis Balompié. El cáncer le ha arrebatado sus 23 fugaces años. La inmensa y quizá infinita afición bética en esta ocasión, se muestra consternada por la fatal noticia. Incluso el sevillismo muestra sus condolencias.
Y es que, de nuevo, ambas familias se unen demostrando que la existencia de los colores que tiñen las aficiones carece de importancia. Se plasma que la deportividad entre equipos nada tiene que hacer en la pérdida personal, porque aquí sólo reina el dolor por la muerte; es el dolor por la muerte de una persona que ha luchado contra el cáncer.
Sin embargo, el egoísmo y la falta de empatía hacen presencia cuando las condolencias son dadas al beticismo. El error radica en pensar en el Betis al escuchar “Fallece el futbolista Miki Roqué”. Además, no eres más humilde, más agradecido ni mejor persona por portar una camiseta con el escudo del Sevilla mientras velas la imagen de un jugador bético en el Benito Villamarín.
Fotografían al afligido sevillista ofreciendo una vela y se convierte en la persona más respetuosa; pero nadie fotografía el enfermo de cáncer que muestra su desconsuelo tras el suceso.
También se enorgullecen ahora de la bendita rivalidad sana que existe en la capital.
No se dan cuenta de que antes de bético, Roqué era persona. Era una persona con aspiraciones, metas, ilusiones y sueños; una persona que lamentablemente constituye un número más en las víctimas del cáncer. Detrás de las cámaras, partidos y el mundo futbolístico, existía una persona normal que luchaba por sobrevivir a una de las más egoístas enfermedades.
Las bocas rebosan de frases como “joven promesa futbolística” o “eterno 26”. Sin embargo, yo, felizmente empática, grito a los cuatro vientos “guerrero, valiente y luchador”; lo hago pensando en el grotesco número de personas que están combatiendo contra el cáncer, porque para ellos esto supone una derrota, una batalla perdida.
Seguramente, sólo los que como yo, sufrimos de alguna forma la enfermedad, perteneciendo a una familia en la que el cáncer se ha llevado dos vidas, o padeciéndola, entendamos el mensaje directo de este escrito. Personas que tenemos y hemos tenido a personas que se dejan y se han dejado la piel en la lucha por vivir.
Las personas con cáncer son las protagonistas de la noticia. Miki Roqué es un grito más en el cielo a la injusta muerte por la enfermedad. Como muchos, ha sido un héroe no en el ámbito futbolístico, sino en el terreno personal, en su vida.
Por que esto sea un vivo reflejo de las vidas que el cáncer arrebata a tantas personas.
Mi alma se viste de luto en este día.
Mis más sinceras condolencias eternas a las familias y amigos de víctimas del cáncer.
Mi fuerza a los luchadores contra el cáncer.
Mi admiración por los que lo tienen en su pasado.
Mi más sincero pésame a la familia y amigos de Miki Roqué.

BEATRIZ GALISTEO GONZÁLEZ.
Hace 11 años

¡Precioso Beatriz! Muchísimas gracias por compartirlo con nosotros. Nos unimos a tu pésame a la familia de Miki Roqué y a todas las familias de personas fallecidas por el cáncer. Un saludo.

Hace 11 años

Bonita tu dedicatoria beatriz....mi pesame a la familia que ha perdido un buen deportista y una mejor persona que demostro ser en la rueda de prensa que dio el pasado año explicando su retirada por el cancer de pelvis que ha acabado con su joven vida.Decanse en paz

Hace 11 años

Me hinché de llorar al saber que había muerto, me supera que la gente joven se vaya , y mas despues de tanto luchar, es muy bonito lo que le has hecho, aquí estamos acostumbrados a que se nos vayan mucha gente joven, sin ir mas lejos en 6 meses se nos fueron 4 que se dejaron la piel en el camino. Al ver la foto se me presento el dolor de su madre, mi mas sincero sentimiento a toda su familia, LA GENTE BUENA SIEMPRE SE VA SIN ACABAR LA VIDA.

Hace 11 años

Hola Beatriz,

Enorme detalle el que has tenido con todos los enfermos de cancer, sus familias, la familia de Miqui Roque y en especial con el propio Miqui. Esa lucha que muchas personas tienen que afrontar en algun momento de su vida son un ejemplo de valentia, coraje y superación. Lastima que muchas veces la emfermedad gane ese pulso.

Yo me hice voluntario por todas esas personas que luchan y por los valores que enseñan a los demas..

Gracias por tu carta Beatriz